Se caracteriza por la destrucción progresiva de los tejidos que soportan el diente incluyendo el ligamento y el hueso alveolar.
Como generalmente esta enfermedad se presenta sin dolor el paciente suele desconocer que la padece. Por eso es importante conocer cuales son los síntomas que se presentan y consultar inmediatamente a su dentista:
Sangrado de las encías cuando se cepilla los dientes.
Encías rojizas, hinchadas o doloridas.
Mal aliento.
Retracción del encías dando la apariencia de dientes más largos.
¿Cómo podemos prevenirla?
Eliminar correctamente la placa bacteriana mediante un cepillado frecuente y meticulosos y con la ayuda de la seda dental.
Visitas regulares al dentista, realizando una limpieza profesional para remover los cálculos endurecidos que se hayan formado.
Aplicación de un programa personalizado de higiene oral diario que se adapte a las necesidades específicas.